Qué es el síndrome del Impostor
- María Alejandra Giola
- 2 jun 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 mar 2022

Si estás convencida de que todos los logros profesionales y personales que adquieres son fruto de la suerte y no de tu valía personal, es probable que necesites "cambiar el chip" y reeducar tu mente para estar en paz contigo misma.
Cuando alguien te hace un halago respecto a tu valía profesional o tu buen trabajo en casa –o como madre– crees que, en realidad, no es meritorio? ¿Piensas a menudo que no mereces la pareja o el trabajo que tienes?, ¿dudas constantemente de ti y tus logros?, ¿atribuyes tu éxito a la "suerte" y no a tus habilidades? Si vives con el miedo de que un día alguien descubra que no eres tan "buena" como crees, es probable que sufras lo que se conoce como "el síndrome del impostor". Se trata de un patrón emocional que lleva a pensar que cualquier logro profesional o personal que se adquiere es fruto del azar o la suerte, y que no se debe a nuestros propios méritos. ¿SABES POR QUÉ TE SIENTES ASÍ?
Esta situación es común en ámbitos como la pareja, la familia o el trabajo. A veces provoca incluso sentimiento de culpabilidad o ansiedad. Pero ¿dónde "nace" esta sensación?
Puedes haber crecido pensando que "no vales". En general, este tipo de problemas suele ser consecuencia de nuestras creencias irracionales.Y estas suelen generarse durante la niñez y la adolescencia, en función de las experiencias que vivimos, lo que nos dicen y lo que vemos. Aunque no seas consciente de ello, estas creencias se "graban" a fuego en tu interior e influyen en tus pensamientos a diario.
Pensar que no mereces lo que tienes genera ansiedad por el miedo de que alguien lo "descubra"
Por ejemplo, si durante tu niñez tus padres y profesores te repetían constantemente que tenías que hacer las tareas de forma impoluta, es probable que creas que tu trabajo nunca es suficientemente "perfecto".
TU PLAN PARA REVERTIR LA SITUACIÓN
Detecta las creencias que te están "boicoteando". Siempre que aparezcan emociones desagradables al recibir un halago apunta en un papel lo que sientes. Por ejemplo, "mi pareja me ha dicho que estoy guapa, pero es porque me quiere y me ve con buenos ojos".
Contrasta el pensamiento con la realidad. Una vez detectados, es buena idea contraponer esos pensamientos con la realidad buscando evidencias que “desconfirmen” la primera teoría. Por ejemplo, si te fijas, en el supuesto anterior no estaríamos reconociendo nuestros puntos fuertes, sino atribuyendo el halago a una variable externa, como son las emociones que la otra persona siente hacia nosotros.
Sustitúyelo por un argumento constructivo. Volviendo al caso anterior, podrías cambiar aquel pensamiento por este otro: "Es cierto que me quiere, pero no siempre me dice que estoy guapa. Si hoy me lo ha dicho es porque realmente hoy estoy atractiva".
EJERCICIO PARA VALORAR TUS LOGROS
Elabora una lista de tus puntos fuertes relacionados con tu trabajo, tu personalidad y tus relaciones afectivas.
Al lado de cada uno de ellos, haz pequeños apuntes acerca del esfuerzo que te ha costado mejorar en estos aspectos.
MINI-TEST: ¿TÚ LO SUFRES?
Si contestas la mayoría de las preguntas con un sí, puedes estar sufriendo el síndrome del impostor. Muchas personas nunca reparan en estas situaciones y no detectan facilmente que padecen este problema.
En el trabajo
¿Sientes que no mereces el puesto que desempeñas?
¿Evitas emprender determinados proyectos por no estar a la altura?
¿Te sientes incómodo si hacen cumplidos relacionados con tu profesión?
En tus relaciones
¿Crees que tus seres queridos te halagan por cosas que no son importantes?
¿Te incomoda que digan cosas buenas sobre ti?
En general... ¿sientes que llevas una vida que no te mereces?
Entender que se trata de un patrón de comportamiento que puede corregirse te ayudará a superarlo. Cuidar de tus pensamientos y reforzar de forma positiva tus logros te permitirá ver la vida desde otra perspectiva. Hay personas exitosas en diferentes campos que también han sufrido este problema y lo han superado, lo que te demuestra que tú también puedes romper el ciclo y evitar que este tipo de pensamientos te frenen y le resten valor a tu esfuerzo.
Analiza bien lo que tienes: te darás cuenta de que lo que has conseguido tiene mucho que ver con tu esfuerzo y valía Al fin y al cabo, el fracaso es parte del proceso de aprendizaje y seguramente el éxito no podría lograrse sin un poco de fracaso. Mantén distancia con ciertas situaciones y acepta que "todo no puede ser perfecto"
Fuente : Saber Vivir TVE -Marta Fernández
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